Bajé las escaleras a duras penas mientras el timbre seguía resonando
en mi cabeza.
- ¡Ya voy!- Suspiré exasperada como si el timbre pudiera escucharme, y
así dejar de torturarme de esa manera.
- Ya voy yo.- Me dijo Josh apareciendo detrás mío y adelantándome.-
Vuélvete a dormir.- Me guiñó el ojo. Pero ya daba igual, me había desvelado. Me
arrastré hacia el salón y me dejé caer con el cuerpo muerto sobre el sofá. Al
poco rato vino Josh y se tiró encima de mí, aplastándome por completo.
- Buenos días…- Dije en un hilo de voz sin intentar luchar contra él.-
Estoy cansada, tráeme el desayuno.
- Tendrás morro.
- Mañana es mi cumpleaños, tienes que cuidarme. Porfaaa.- Supliqué
alargando la última sílaba.
- Bueno, si me lo pides así me lo pensaré.- Se rió rodando hacia un
lado y sentándose en el suelo. En ese momento escuché como la puerta se cerraba
y el ruido de unos tacones entrando en la sala resonó contra el parqué.
- Buenos días.- Liz entró con una sonrisa y se sentó a los pies del
sofá junto a mi cabeza, y apoyó su abrigo sobre la mesita de café. Me di la
vuelta y me tapé completamente con una colcha, escondiendo mi cabeza. No tenía
ganas de verla.- Leah, lo siento.- Me dijo asomándose por un hueco y poniéndome
pucheros. Sabía de sobras que no podía enfadarme con ella si me hacía reír.
- Déjame.
- Creo que me voy a duchar.- Escuché la voz de Josh, que subió hacia
el piso de arriba. Gracias por abandonarme, pensé deseando que me oyera.
- Lo siento, lo siento, lo siento. ¿Cuántas veces quieres que te lo
diga?- Al no obtener respuesta suspiró y se levantó.- Te había traído una
sorpresa de reconciliación, pero visto lo visto, creo que me la llevaré. Pensé
que tendrías hambre…- Asomé mi cabeza y me la quedé mirando. Llevaba el pelo
recogido en una cola alta con algunos mechones ondulados sueltos, y una blusa
de color lavanda que pude reconocer perfectamente, ya que era mía. Fruncí el
ceño, y ella me enseñó una bolsa que llevaba colgando de su brazo derecho.-
¿Quieres?
- ¿Qué es?- Inquirí curiosa. Ella sonrió triunfal, sabiendo que había
caído en su trampa.
- Café recién hecho y muffins
rellenos de arándanos. Tus preferidos. ¿Estás segura de que no quieres?- Me
miró de nuevo sonriendo mientras me mostraba esos suculentos manjares. Suspiré
dándome por vencida y le quité la bolsa de las manos dirigiéndome a la cocina.
Saqué un par de platos y dos tazas del lavavajillas y me senté en uno de los
taburetes. Liz se sentó enfrente mío y sacó de su bolso un arsenal de revistas
de todo tipo.- Las he tomado prestadas de la oficina de mi padre.- Sonrió. El
padre de Liz era un importante editor en una editorial de moda, ese era el
motivo por el que siempre estaban viajando de un lugar para otro, y por el que
Liz siempre parecía lista para una sesión de fotos, con los últimos conjuntos y
tendencias.
Cogí un muffin y comencé a desprender el papel que lo envolvía. Liz
dio un sorbo a su café y comenzó a ojear una revista de moda que a los pocos
minutos, aburrida, cambió por una de cotilleos.
- No pienses que será tan fácil sobornarme.- La miré acusadoramente.
Ella puso los ojos en blanco y pensó por un minuto.
- ¿Qué te parece si hacemos una pequeña visita al trabajo de mi padre?
No creo que les importe que cojamos un par de cosas.- Me lo pensé por unos
instantes y asentí.
- Eres buena sobornando.
- La mejor.- Rió pasándome la pila de revistas. Rebusqué en ella hasta
que una llamó mi atención.
- “Niall Horan un nuevo rompecorazones”- Leí en voz alta observando la
portada. Aparecían las fotos que los paparazis me habían hecho con él el día
que fuimos de compras. La verdad era que hasta ese mismo instante no me había
preocupado ni lo más mínimos por esas fotografías, aunque era de esperar que
salieran a la luz. Liz alzó la vista y me cogió la revista de las manos,
ojeándola, hasta terminar en la página que buscaba.
- “El integrante de la banda del momento, One Direction, ha sido visto
estas navidades en muy buena compañía…”- Comenzó a leer con voz de presentador
televisivo.- “En un par de ocasiones se ha visto al cantante Irlandés paseando
por las ajetreadas calles de Londres con una nueva amiga, - Remarcó la
palabra.- de la que se ha especulado mucho recientemente, y la que se cree que
es la hermana del batería de la banda Josh Devine”
- Bueno, no dice nada malo.- Dije indiferente tomando otro trozo de mi
magdalena, y lamiendo los restos de arándonos que habían quedado en mis dedos.
- Espera…- Continuó leyendo.- “Como todos los años por navidad, Horan
fue a visitar a sus familiares y amigos más cercanos a Mullingar, su ciudad
natal…” Bla, bla, bla… Escucha esto… “Por lo visto Niall no solo se conformó
con la chica londinense, ya que también se le vio acompañado de una antigua
amiga saliendo de fiesta.”- Terminó, y me tendió la revista abierta por la
página de la noticia. En ella aparecían Niall y una chica que le llegaba por el
hombro abrazados en una discoteca, y otra foto de nosotros dos entrando por el
portal de mi apartamento.
- ¿Y?- Dije indiferente, fingiendo que no me daba igual.
- ¿Y?- Preguntó ella atónita.- ¿No te importa?
- ¿Por qué debería de importarme? No somos más que amigos.- Aun no le
había contado a Liz que Niall me había besado el día anterior, ni que me besó
en mi cuarto, de hecho, creo que ni me lo había contado a mí misma.
- No sé, pensé que te gustaba, como habéis estado quedando…
- Pues no.- Le corté algo molesta.- Solo es un amigo.
- ¿Quién?- Preguntó Josh entrando por la puerta cubierto únicamente
por una toalla que llevaba sujeta en la cintura.
- Niall.- Solté levantándome y cogiendo mi café.- Y Liz, vámonos que
aún me debes un par de zapatos nuevos. ¿Recuerdas?
La cogí del brazo y la llevé hasta mi dormitorio. Rebusqué en mi
armario mientras ella cotilleaba una estantería repleta de CD’s que había ido
recopilando durante todos mis años de vida. Había algunos un tanto vergonzosos
de cuando era pequeña, como la banda sonora de High School Musical o de las
Cheeta Girls, no me sentía precisamente orgullosa de esa etapa de mi vida. Recuerdo
que había visto esas películas más de veinte veces cada una, y de hecho, aun
recordaba la mayoría de las coreografías. Aunque por suerte mis gustos habían
mejorado y ahora solía escuchar a músicos como Ed Sheeran, Coldplay, o The
Fray. Sin duda estos últimos eran los que más me gustaban, aunque aún no había
podido ir a ningún concierto.
Me puse mis jeans preferidos con una camiseta básica blanca y una
cazadora verde que Liz se había dejado olvidada en mi casa. La verdad era que
teníamos toda nuestra ropa mezclada y ya ni nos acordábamos de lo que era de
cada una, por lo que tuve que perdonarle lo de mi blusa. Me miré en el espejo y
me recogí el pelo a la altura de la nuca con un coletero, dejándolo caer sobre
mi hombro derecho. Liz miró en mi armario y sacó unos zapatos de tacón que
siempre me habían encantado, pero que al igual que el resto que tenía, no me
los acostumbraba a poner. Me miré en el espejo antes de salir por la puerta, y
tracé una fina línea de delineador sobre mi párpado superior.
Cogimos un taxi que nos llevó a la editorial de la revista en la que
trabajaba el señor Heatfield, el padre de Liz. El exterior del edificio era
extremadamente lujoso y exclusivo, y en el interior nada cambiaba. Excepto la
cantidad de chicas y modelos que recorrían los pasillos, cada una mejor vestida
y más perfecta que la anterior, como si de un concurso se tratase. Ese lugar
era el sueño de cualquier hombre sobre la tierra. Las modelos iban y venían en
trajes de baño o vestidos muy cortos por todos lados. Era imposible no sentirse
inferior entre tanta perfección.
- Buenas días señorita Heatfield.- La saludó una de las
recepcionistas, con unos perfectos tirabuzones a lo largo de toda su espesa cabellera
pelirroja y unos penetrantes ojos verdes que nos observaban tras el mostrador.
- Buenos días Mandy.- Dijo Liz con una sonrisa fingida, al igual que
yo, no soportaba a esa chica, que se creía superior por el simple hecho de
sacarnos cinco centímetros de altura y por atender el teléfono.- ¿Está mi
padre?
- Si, está dando indicaciones en la sesión de People. Podéis esperarle
en su despacho, aunque acaban de empezar. Supongo que tardarán unas horas.
- Ya lo imagino.- Dijo divertida haciendo caso omiso, y al igual que
habíamos hecho tantas veces, nos dirigimos a la planta diecisiete, donde nos
esperaba Gretchen, la asistenta de su padre, la única mujer que no encajaba
entre esas paredes de perfección. Era unos centímetros más bajita que yo,
regordeta, y lucía unos mofletes rojos a juego con su blusa y sus tacones. Siempre
llevaba alguna prenda de ese color, y Liz y yo bromeábamos sobre ello. Aunque,
pese a eso, creo que era de las pocas personas simpáticas que habían en todo el
edificio.
- Buenos días Gret. ¿Hay algo nuevo?- Le dijo Liz con una sonrisa
arrebatadora, a la que era imposible negarse.
- Nos acaban de traer la nueva colección de Gucci, aunque para mi
gusto es horrible.- Dijo poniendo una mueca de desagrado.- Creo que te gustarán
más los nuevos vestidos de fiesta de Christian Dior.- Contestó la mujer. Liz me
miró y sonrió triunfal.- Se ha pasado esta mañana su asistente para traerlos,
iban a aparecer en la próxima portada, pero a tu padre no le han gustado, por
lo que son todo tuyos.- Le dijo mientras nos conducía por un interminable
pasillo lleno de estanterías con todo tipo de ropa y complementos en ellos.-
¿Queréis tomar algo?- Nos preguntó antes de dejarnos en aquella inmensidad de
sala. Una sala repleta de ropa por todas partes, zapatos en estantes, vestidos
en perchas… Una sala en la que en pocos minutos Liz y yo quedamos completamente
perdidas. Liz negó con la cabeza.- Si necesitáis algo, solo hacérmelo saber.
- Gracias.- Dijimos al unísono antes de comenzar a buscar en las
perchas de las que colgaban preciosos vestidos.
- ¡Este! Sin duda te quedaría precioso.- Dijo cogiendo un vestido
color rosa, muy ceñido, con la espalda descubierta y con bordados grises en los
hombros.- Estarás perfecta para la fiesta.
- No me gusta, y no voy a ir a ninguna fiesta.- Era lo contrario a mi
estilo, ni siquiera me gustaba el rosa. Decepcionada lo volvió a colgar y prosiguió
con su búsqueda.
- Vamos Leah…- Me suplicó.- Hoy es año nuevo, ¿cómo no vas a salir?
- No tengo ganas, eso es todo. Además sigo enferma.
- Estás perfectamente ¿Es por Niall? Por si no te has dado cuenta
mientes fatal.- Se giró mirándome, a Liz era imposible engañarla, por lo que no
tuve más remedio que contarle todo, mientras continuábamos mirando más y más
ropa. Cuando escogimos un arsenal de
prendas de todo tipo cada una nos dirigimos hacia los probadores.
Liz salió del vestidor una y otra vez mientras yo estaba tirada en un
enorme sofá de terciopelo violeta comiendo un racimo de uvas que nos había traído
Gretchen. Nada. Hasta el último modelito. Se había enfundado en una falda de
tubo color negro con todo tipo de pedrería sobre ella, que le llegaba hasta la
cintura, y por encima, muy por encima de las rodillas, con una camisa negra
holgada con algunos bordados dorados que le resbalaba por los hombros dejando
al descubierto algún que otro encanto. Llevaba unos peep toes negros con
detalles dorados, muy altos también, con los que seguramente no sería capaz de
aguantar durante toda la noche. Estaba
realmente atractiva, y sexy. Con eso cualquier chico que la viera quedaría de
piedra.
- ¡Éste! Sin duda es el que mejor te queda.- dije yo señalando las curvas
de mi amiga.
- ¿De verdad?- dijo ella, segura de que estaba preciosa, pero con
ganas de que se lo repitiera.
- ¡Que sí, estás genial!
- Pues ahora te toca a ti.- Respondió dándome un abrazo y empujándome
saliendo de los probadores. Entre perchas, estantes y demás la volví a perder
de vista. Al girar un estrecho pasadizo de ropa…
- ¡Buh!- Gritó de golpe Duncan rodeándome por la cintura y
levantándome en el aire. Un grito ahogado salió despedido de mi garganta, y a
los pocos segundos Liz apareció riéndose.
- Bájame.- Le Dije algo molesta, aunque en unos instantes se me pasó
el enfado.- ¿Qué haces aquí? ¿Y David?- Le abracé.
- David está babeando detrás de todas las modelos que hay en la
recepción.- Rió.
- Y habíamos quedado para comer.- Intervino este como si le hubiéramos
llamado, apareciendo de golpe con una sonrisa de oreja a oreja, el cual estaba
más bronceado que la última vez que le había visto, al igual que Duncan. Que
bien vivían algunos, pensé. Yo tuve que aguantar el gélido frío invernal del
reino unido, mientras ellos estaban de vacaciones en Australia haciendo surf.
Liz les miró y se llevó las manos a la cabeza.
- ¡Se me había olvidado! ¿Qué hora es?
- Las tres y cuarto.
- ¡¿Tan tarde?!- Dijimos ella y yo al unísono.
- No pasa nada, comeremos aquí.- Intervino Liz ahora más tranquila,
quien llamó a Gretchen para que encargara comida china.- Y ahora dejarnos, que
tenemos que buscar ropa para Leah.- Me volvió a coger del brazo.
- No te preocupes, iremos a deleitarnos con las modelos. ¿A que si
Duncan?- Le preguntó David con cara pícara. Liz puso los ojos en blanco y
siguió su camino.- Piernas largas y traseros firmes por todos lados. Creo que
me gustará.- Sonrió.- Nada puede ser mejor que esto.
- ¿Quieres cerrar la boca? Vas a llenar el edificio de babas.-Se giró
Liz mirándole.
- ¿Es mi impresión o eso ha sonado a celos?- Rió Duncan.
- ¡No seas ridículo!- Contestó.- Solo es para que no se resbale con su
propia baba.
Dimos vueltas y más vueltas. Llevaba doce o más prendas. Entré al probador
me probé un vestido, y otro, y unos zapatos y otros y unos pantalones y otros.
Nada de nada. Ese día no estaba inspirada para mirar ropa.
- ¿Os podemos ayudar?- Preguntó Duncan asomándose, mientras se tapaba
los ojos con una mano.- Me aburro sentado.- Las dos asentimos riéndonos, un
poco de ayuda no nos vendría nada mal. Los dos se alejaron, cada uno por su
camino, con una sonrisa en el rostro, lo cual no podía significar nada bueno.
Regresaron con vestido dorado de lentejuelas y unos zapatos de un color rojo
pasión mortífero. Aquello resaltaba en sus manos. Me lo probé y salí del
vestidor con una gran sonrisa.
- ¿Qué tal?- Pregunté indecisa.
-Sin palabras.- Contestó Liz dándose por vencida y dándoles un billete
de cinco libras a cada uno, ya que acababa de perder una apuesta.
Por un momento me centré en mí, en mis pensamientos. Me imaginaba la
fiesta, por la noche, todo perfecto, Niall… ¿Iría Niall? Seguramente. Suspiré,
y me volví a mirar en el espejo. Me coloqué la melena larga a un lado del hombro
y asentí.
- Es perfecto chicos, gracias.- Les abracé.
Lo siento, os prometo que había programado la entrada para que se subiera a las 17:00, pero no se que ha pasado :S No os enfadéis Jajajajaja
Bueno, y… Fin? No, aún quedan cuatro capítulos! *-*
Bueno, y… Fin? No, aún quedan cuatro capítulos! *-*
¿Qué os ha
parecido? ¿Quién será la chica rubia? ¿Qué habrá hecho Niall en navidades? ¿Qué
pasará en la fiesta?
Recordad que
si queréis que suba el próximo tenéis hasta mañana a las 17:00 para votar, y para
comentar si queréis participar en el concurso.
PD: Si no os habéis leído la entrada anterior os pido que lo hagáis, y si sabéis algo que me pueda ayudar con lo de las entradas os agradecería que me ayudarais.
Love You All
<3
Mee encantaa!! Enseriii cada vez esta mas interesanteee :)
ResponderEliminarUEEH!! Primer comentario de la maratón! Jajaja Me alegro mucho de que te guste <3
EliminarEs genial siempre me dejas con ganas de más sigue asi please
ResponderEliminarThanks!! <3
Eliminarsube prontoo!!es genial(:
ResponderEliminarGracias anónimo que nunca me abandonas y estás aquí desde el principio Jajajaja Si es que eres siempre el mismo... xD
EliminarNo, enserio, muchas gracias por comentar, y me alegro mucho de que te guste <3
Genial! Votado! intenté buscar alguna persona pero nada :| de todas formas lo seguiré haciendo :D así nos podríamos ver jajajaj que guay
ResponderEliminarSube pronto ^^
besosos <3
Moltes gràcies! (Me ha salido el venazo catalán Jajajaja) Y gracias por buscar, aunque seguiré intentándolo, yo no me quedo sin ir al concierto, o sin verles, si hace falta me cuelo en la habitación del hotel xD (Mi faceta fan psicópata está saliendo a la luz O.o)
EliminarVale, y pongo fin a mis delirios, muchas gracias :D Kisses <3