viernes, 5 de abril de 2013

GRACIAS, LO SIENTO, Y NO ME MATÉIS.

Hola :) Me da un poco de miedo volver por aquí después de tanto tiempo, ni siquiera me atrevo a ver cuando subí la última entrada Jajajaja.
Siento mucho no haber actualizado el blog en tanto tiempo, pero todo tiene una explicación, y como mínimos os merecéis que os la de xD
En la entrada anteriror, puse que os daría una sorpresa, y era que quería subiros un vídeo con el adelanto de los próximos capítulos (que ya estaban escritos), pero se me ha estropeado el portátil y no se si voy a poder recuperar los archivos. Por eso tampoco he podido subir capítulos, y podría volver a escribirlos de nuevo, pero no me siento ni inspirada ni con ganas para hacerlo.
Pero me sabe muy mal dejar esto a medias, y os prometo que voy a intentar subir lo antes posible (aunque no se cuando será), solo os pido que cuando suba el próximo capítulo no me tengáis esto en cuenta y sigáis leyendo la fic :S
Jo, de verdad que lo siento mucho, pero mi vida últimamente es un desastre y no tengo tiempo ni para pensar en la novela.
Ah, y si aun os acordáis del concurso que hice, ha habido un empate, y aunque dije que yo elegiría a la ganadora, me sabe mal hacerlo, así que voy a poner una encuesta en el lado derecho del blog para que votéis, hasta que suba el próximo capítulo, que será cuando cierre las votaciones.

Muchísimas GRACIAS por seguir ahí, y por comentar siempre, os prometo que cuando me venga la inspiración, o cuando recupere el portátil os recompensaré.

PD: Os dejo cosas cuquis a modo de disculpa :P

Y el GIF con el que me enamoré de Niall jajajajaja *-*
LOVE YOU ALL <3
Por cierto, si me queréis ayudar a escribir los próximos capítulos estáis completamente invitadas y os lo agradecería eternamente. por si os sentís inspiradas y queréis contribuir, os dejo el mail de la novela jajajajaja soonerorlateritwillbe@hotmail.com

viernes, 1 de marzo de 2013

15. Don't remember anything?


15. Don't remember anything?
Cerré la puerta detrás de nosotros, y alejándome apenas de sus labios para poder respirar me quité la chaqueta. Ella se quitó el abrigo. Caminamos un poco más cuando nuestros labios volvieron a juntarse, y caímos pesadamente sobre el sillón.
Caí sobre ella, ganándome un nuevo gemido. La besé más profundamente que antes, haciendo que el aire realmente nos faltara. Bajé mi mano por el contorno definido de su cuerpo, acariciándola bajo su vestido del que tanto deseaba deshacerme.
- No, no… Niall sabes que esto no está bien. Déjame.- Me pidió cuando solté sus labios y bajé a su cuello. No, ella no podía pedirme eso. Simplemente no podía…
- ¿De verdad quieres que te deje?- Le pregunté en un susurró cerca de su oído.
- Si, si… vete. Niall, ya no puedo más, no quiero seguir con esto ¿no lo entiendes? No quiero ser un juguete con el que te diviertes un rato, y después lo tiras. No quiero serlo.
Entonces me alejé de ella para mirarla a los ojos. Sus ojos estaban vidriosos y me maldije a mí mismo por ello. Me alejé completamente de ella y me puse de pie.
Caminé hasta la puerta y tomé mi chaqueta que estaba en el suelo. Me giré a verla. Su mirada vidriosa, sus labios rojos, me hicieron darme cuenta de lo insensible que puedo llegar a ser.
- Tú no eres un juguete para mí.- Le dije y salí de allí antes de causarle más daño.
Abrí los ojos y suspiré exasperado. Solo había sido un sueño. Un maldito sueño.
Me quedé parado durante unos instantes, mirando al techo en silencio, sin ni siquiera pestañear. Recordando todo lo de la noche anterior. Me maldije mil veces por haber dejado a Leah sola en aquel parque, pero ella me lo pidió, y ahora me sentía realmente extraño. Un horrible dolor de cabeza me taladraba el cerebro de un extremo a otro impidiéndome pensar, aunque eso se lo atribuía a la maldita resaca, pero a la vez sentía un nudo en la boca del estómago no me dejaba respirar con normalidad, y mi corazón latía demasiado deprisa como para acabarme de levantar.
Rodé a lo largo de la cama y alcancé mi móvil de la mesita de noche para comprobar la hora. Las dos del mediodía. Hice un esfuerzo por incorporarme y arrastré los pies hasta la cocina de mi apartamento.
- Buenos días.- Dijo Stan con voz de dormido y unas pintas horribles, tras apenas haber dormido cuatro horas. Aunque las mías no debían ser mucho mejores.
Me limité a hacerle un gesto con la cabeza, a modo de saludo, y saqué una botella de leche del frigorífico. Ni siquiera me molesté en echármela en un vaso, y le di un largo sorbo que me calmó la sed que tenía.
- ¿Café? - Dijo mi amigo. Después de salir de fiesta solíamos comunicarnos a base de monosílabos y signos, como mínimo hasta que pasaran unas horas. Negué con la cabeza y miré mi móvil, que comenzó a sonar. Descolgué y me lo llevé lentamente al oído, mientras me dirigía al cuarto de baño.
- ¿Si?- Pregunté mientras me paraba frente al espejo e intentaba adecentarme un poco el pelo, pero sin resultado.
- ¿Ya te has levantado?- Dijo Liam sorprendido al otro lado de la línea. Puse el altavoz y me metí bajo el agua caliente de la ducha.- ¿Has podido hablar con Zayn?
- ¿Zayn?
- Si, no me coge el teléfono. De hecho ninguno me lo cogéis, y a las cinco tenemos que estar en el O2 para hacer la última prueba de sonido. ¿Recuerdas?- Asentí con la cabeza aunque no pudiera verme.- ¿Te estás duchando? ¿Por qué oigo agua? Bueno, no sé si me estás escuchando, pero voy a despertar a Harry y a Louis, tú te encargas de Zayn. ¿Vale?- Se rió antes de colgar. Suspiré y me apoyé contra la pared. Para Liam era más fácil, él nunca bebía, y no tenía que luchar contra una horrible resaca a la mañana siguiente.
- De acuerdo.
Apagué el grifo y me enrosqué una toalla en la cintura mientras estiraba la espalda para poder destensarla. En ese momento me llegó un mensaje. De Liam. “Que no se te olvide ir a despertarle”. Gracias papá, pensé irónicamente.
Me puse lo primero que encontré en mi armario y llamé a un taxi, que a los pocos minutos estuvo bajo mi portal para recogerme. Por el camino me bajé en un Starbucks a por café, lo necesitaría si quería sacar a Zayn de la cama.
Media hora después me encontraba frente al portal de Zayn. Pulsé el botón del timbre y un sonido taladrante retumbó en el interior de la casa. Escuché unos pasos que se acercaban, acompañados por una risa de chica. Una sonrisa pícara se dibujó en mi cara al pensar lo que habría echo mi amigo la noche anterior. Volví a picar y la puerta se abrió. Zayn abrió la puerta y se quedó quieto mirándome. Miré sobre su hombro y mi sonrisa se desvaneció. Unos metros atrás, Leah estaba quieta mirándome a los ojos, con únicamente una camisa de Zayn puesta.
- ¿Interrumpo?- Pregunté seco.
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Abrí los ojos lentamente, un dolor punzante se clavaba en mi cabeza, y una nube borrosa me impedía ver con claridad. Pestañeé un par de veces, y de pronto, junto a mi clara visión, me vinieron a la cabeza todos los recuerdos mezclados de la noche anterior como si alguien estuviera pasando una serie de diapositivas enfrente mío, pero como si no tuvieran ninguna relación unas con las otras. Recuerdos desordenados que me impedían pensar con claridad.
No reconocía donde estaba, aunque eso no me preocupaba lo más mínimo en ese instante. Me giré a la derecha y miré el pequeño reloj despertador que había sobre la mesita de noche. Mi bolso se encontraba abierto, con todo esparcido por el suelo. Busqué mi teléfono e intenté encenderlo, pero no tenía batería.
Un pequeño ronquido me hizo darme cuenta, de que no había dormido sola. No pude evitar hacer una mueca al no recordar nada de lo que había pasado, y darme cuenta de que me encontraba en la cama de un extraño en ropa interior.
Miré al chico que se encontraba tumbado a mi izquierda, profundamente dormido y de espaldas a mí, por lo que no pude verle la cara. Tenía el cabello corto y negro, y un tatuaje en forma de pluma justo en el centro de la nuca.
Me incorporé y busqué algo con lo que poder taparme. Cogí una camisa que había en el suelo, y me miré en un espejo mientras me la abotonaba lentamente. Mi cabello castaño y oscuro estaba revuelto en una bola de nudos que me llevaría tiempo desenredar y mis ojos estaban rodeados por el delineador negro, que después de anoche, había terminado hecho un desastre esparcido exageradamente por mis ojos. Por no hablar de mis ojeras, que se marcaban a kilómetros. Suspiré y salí del cuarto, al escuchar como mi estómago rugía pidiendo algo con lo que llenarse.
Arrastré mis pies descalzos a lo largo del pasillo intentando no hacer ruido y observando todo a mí alrededor. Era un apartamento realmente grande, pero a la vez acogedor. Aunque no pude ver ningún marco de fotos que me diera una pista de quien era aquél chico, al que ni siquiera me había atrevido a mirar segundos antes. Me dirigí a la cocina y me paré frente al frigorífico, sin hacer nada. Contemplándolo durante unos minutos, sin ni siquiera molestarme en abrirlo.
- ¿No se va a abrir solo sabes?- Dijo de pronto una voz ronca tras de mí. Me giré sobresaltada y me quedé mirándolo.
- Za… Zayn.- Tartamudeé. El me dedicó una tímida sonrisa mientras se rascaba la cabeza y se me acercó para abrir el frigorífico y sacar una botella llena de zumo. Le contemplé por unos instantes, aunque a él no pareció importarle, y me senté aun atónita en una de las sillas, abrazándome las rodillas y contemplando como se bebía un vaso de zumo.
Únicamente llevaba unos boxers puestos, dejando al descubierto el resto de su cuerpo y la gran cantidad de tatuajes que llevaba en él, incluido el de la nuca. Al reconocer este último un escalofrío recorrió mi espalda, y creo que él pudo verlo reflejado en mi cara.
- A… Anoche… Tu y yo…- Volví a intentar articular intentando romper aquel silencio que invadía todo el apartamento.
- ¿No te acuerdas de nada?- Enarcó una ceja mirándome. Negué preocupada y le miré fijamente esperando una respuesta.- No… No te preocupes.- Me sonrió dando otro trago a su vaso y bebiéndoselo por completo.- Suspiré aliviada y cogí una manzana del frutero que se encontraba entre nosotros.
- ¿Y qué hago aquí?- Pregunté mordisqueando mi manzana, aunque no muy segura de querer saber la respuesta.- ¿Hice algo de lo que deba arrepentirme?- Él comenzó a reír mientras recordaba. Noté como mi pulso se aceleraba, y las palmas de la mano comenzaron a sudarme.
- Me llamaste pensando que era Niall, y me dijiste que fuera tu héroe y que te rescatara.- Abrí los ojos como platos, y él al verme comenzó a reír.- Pero creo que lo mejor fue cuando te pusiste mi sombrero de pirata y comenzaste a bailar y a gritar encima de un banco.
- ¿En serio?- Dije avergonzada.- ¿Hay algo más? Dímelo todo de golpe antes de que me muera de la vergüenza, por favor.
- Si, pero no te preocupes, no es nada malo. Aunque…- Paró durante unos instantes y al ver mi expresión volvió a reír. Me sacaba realmente de quicio, pensé, aunque debía agradecerle que me viniera a buscar. De lo contrario, a saber dónde habría acabado la noche, o lo que es peor, con quién.- Da igual. Oye, tengo una duda.- Me cambió de tema completamente.- ¿Dónde estuviste antes de llamarme? ¿Te acuerdas?- Preguntó, y una serie de imágenes volvieron a mi cerebro haciendo que me avergonzara. Comencé a reir y le miré.
- Dejémoslo en que los chicos alemanes que vienen de Erasmus son muy simpáticos.- Reí junto a él. En ese momento el timbre de la casa sonó.
- ¿Quién será?- Preguntó Zayn mirando hacia la puerta.
- ¿Esperabas a alguien?
- No, para nada.- Aseguró y se acercó al recibidor. Girando la manija abrió la puerta y se quedó quieto mirando a Niall. Él miró por encima de su hombro y sus ojos se encontraron con los míos, haciendo que la sonrisa de ambos se desvaneciese.
- ¿Interrumpo?- Preguntó Niall seco.

Hellou again! Último día de la maratón. ¿Que os ha parecido? Ser sinceras, y os agradecería que comentárais. Mañana diré a la ganadora y subiré una sorpresita que espero que os guste, así que por la noche, echar un vistazo al Blog :)
Que sepáis que me ha gustado mucho hacer la maratón y ver que os conectábais cada día para leerla, pero eso de tener que subir obligatoriamente, es un estrés Jajajaja
No os aburro más, votar y por favor, comentar y decirme que os ha parecido la maratón, y que no os ha gustado, o alguna cosa que queréis que pase, lo que sea decírmelo Jajajaja Así a lo meor me pienso si volver a hacer una.
PD: Y os lo diré por última vez para no hacerme más pesada, si alguna sabe algo de lo de las entradas, PORFA PORFA PORFA decírmelo. Las entradas que tengo de BCN son buenas y están justo al lado de las VIPS, por lo que se ve perfectamente, y os lo agradecería MUCHÍSIMO, no sabéis cuanto Jajajaja
E igual que he venido, me las piro vampiro! (Vale, peor forma de despedirse EVER jajajaja Kisses <3)

jueves, 28 de febrero de 2013

14. You Can Rescue Me (Maratón)

14. You Can Rescue Me.


- ¿Has visto a mi hermana?- Me preguntó Josh mientras me tendía una copa. Negué con la cabeza y le di un trago. No la había visto desde el “incidente” en el apartamento. Josh suspiró y se encogió de hombros.- Su amiga la estaba buscando.- Alcé las cejas y le miré. En ese momento apareció Harry y me rodeó por los hombros con uno de sus brazos, y bebiéndose mi vaso de un trago.
- Voy a por otra bebida.- Dije apartando a Harry y dirigiéndome a la barra.
- Si ves a una chica con un sombrero de Mario Bros, dile que la buscan.- Se rió Josh mientras unas chicas se les acercaban y Harry las recibía con los brazos abiertos y una gran sonrisa.
Por el camino una chica me paró para hacerse una foto conmigo. Posé sin mucho ánimo y continué mi rumbo.
- ¿Qué hace un pirata como tú en estos mares? ¿Dónde has dejado a tu sirena?- Me preguntó una chica acercándose por detrás y cogiendo mi gorro. La miré sonriendo.
- Mi sirena me ha dejado por el loro.- Me reí apoyándome en la barra sobre mis codos.- ¿Qué quieres tomar?
- Hmm… Vodka con cola.
- Que sean dos.- Pedí al camarero.
- No sé si te acordarás, pero soy Liz.- Me tendió la mano, justo cuando mi teléfono volvió a sonar.
- Zayn. Eh… Espera un momento, tengo que contestar.- Me aparté descolgando y yéndome a un lugar más apartado para poder escuchar mejor.- ¿Diga?
- ¿Sabes qué? Me acabo de acordar de ti.- Escuché una voz de chica al otro lado.
- ¿Quién es?- Interrumpí.
- ¿Te acuerdas cuando me trajiste al London Eye?- Continuó haciendo caso omiso a mi pregunta.- Nos hicimos una foto y te besé.
- Oye, no sé quién eres, voy a colgar.
- No, no cuelgues.- Escuché como se le quebraba la voz.- ¿Qué porqué lo hice? No lo sé. Niall sé que…
- ¿Niall?- La corté.
- ¿Por qué te llamas a ti mismo?- Se rió.
- Soy Zayn. ¿Quién eres?
- ¡Zaaayn!¿Qué haces con el móvil de Niall? - Se rió justo antes de que un golpe seco se escuchara.-  ¡Mierda! Zayn, creo que ahora tú me debes un móvil.- Volvió a reír al cabo de unos segundos.
- ¿Leah? ¿Leah, donde estás? Josh te estaba buscando.
- ¿Y qué más da?- Continuaba riendo.- ¿Acaso vas a venir a salvarme? ¿Quieres ser mi héroe Zayn? No… Claro que no, nadie querría serlo.
- Dime dónde estás.
- Es un secreto.- Dijo como una niña pequeña. De veras me estaba comenzando a preocupar- Si te lo digo te chivarás.
- Dime dónde estás y te prometo que no me chivaré.- Suspiré exasperado.
- ¿Me lo prometes? ¿Si te lo digo me comprarás algodón de azúcar?
- ¿Qué? ¿Hola? ¿Leah?- Continué diciendo, pero la llamada se había cortado.
- ¿Estás bien?- Se me acercó la chica de antes por detrás.
- Sí... Eh me tengo que marchar… Liz.- Dije recordando su nombre y besándola en la mejilla.
Me dirigí hacia la puerta de la discoteca. En ese momento no se me pasó por la cabeza avisar a nadie. Simplemente salí y comencé a buscar por las calles a paso acelerado. No sabía a dónde demonios ir. ¿Algodón de azúcar? Si, buenísimas indicaciones. Gracias Leah, pensé. Caminé por las calles con la esperanza de encontrarla, pero sin resultado. Hasta que dos neuronas en mi cabeza se conectaron como por arte de magia. El London Eye. Tenía sentido, no estaba muy lejos de allí, y Leah podría haber llegado caminando. Comencé a correr, por suerte apenas había gente por la calle que se interpusiera en mi camino.
Bajé la intensidad del paso cuando vislumbré las luces del London Eye a lo lejos. Me apoyé exhausto contra a un árbol y tomé aire. Unas risas provenientes de un banco llamaron mi atención. Distinguí una figura delgada que se encontraba de pie sobre él, como si estuviera haciendo equilibrios en lo alto de una cuerda. Conforme me fui acercando vi como las luces de la noche se reflejaban en su vestido dorado de lentejuelas, y como sus ojos brillaban con esa intensidad que solo ellos tenían mientras daba unas caladas a un cigarro que sujetaba en su mano derecha y se reía a carcajadas sin ningún motivo.
- ¿Leah que haces aquí?- Pregunté acercándome y sujetándola de la mano.
- ¡Zayn has venido a rescatarme!- Se lanzó sobre mí y me rodeó por el cuello quedando colgada.
- ¿Estás bien? ¿Por qué estás sola?
- Me debes un algodón de azúcar.- Comenzó a tirar de mi mientras corría hacia un puestecito que se encontraba a unos cien metros de nosotros.- Uno por favor.- Le dijo como una niña pequeña al señor de los caramelos. Se quedó mirando extasiada como el hombre preparaba el algodón de azúcar y como poco a poco iba aumentando de tamaño y enroscándose en el palo de madera. Como si de magia se tratase.
- Serán tres libras.- Me miró el hombre mientras le tendía el algodón a Leah. Asentí mientras me sacaba un billete del bolsillo trasero del pantalón. Nada más pagar me volvió a coger de la mano y se sentó en el mismo banco que antes, ahora más calmada. Me senté a su lado y observé como se lo comía. Desprendí un trozo con los dedos y me lo metí en la boca dejando que se deshiciera.
- Gracias.- Me dijo besando mi mejilla.- Te quiero.
Giré mi cabeza y me la quedé mirando.
- ¿Qué has dicho?
- Que gracias.- Se rió. Negué con la cabeza y me encendí un cigarrillo que me quitó de las manos antes de que pudiera dar la primera calada.
- Has dicho que me quieres.- Se lo quité y ahora sí, di la calada que tanto necesitaba y solté el humo lentamente por mi boca.
- A ti es más fácil decírtelo.- Se encogió de hombros.- ¿Por qué has venido?- Preguntó apoyando su cabeza en mi hombro derecho.
- Estaba preocupado.
- ¿Por qué?
- Porqué me has llamado borracha a las cuatro de la madrugada y nadie sabía dónde estabas.
- No, que porqué me ignoras durante semanas y ahora apareces de la nada para rescatarme...- Se levantó y me tendió la mano para que hiciera lo mismo.- Extraño ¿no?- Preguntó enarcando una ceja y mirándome fijamente.
- ¿Así es como me lo agradeces?- Le miré aun en busca de una respuesta.- Supongo que las damiselas en apuros me pierden...- Dije con una sonrisa pícara siguiéndole el juego. Ella estalló en una carcajada y tiró de mi brazo de nuevo.
- Eso es lo que me gusta de ti.- Me miró mientras se tumbaba en el césped que se encontraba bajo nuestros pies. La miré interrogante y ella me hizo un gesto para que me tumbara a su lado.- Siempre sabes cómo hacerme reír cuando estoy mal, aunque me odies.- Sonrió mirando al cielo. Me tumbé a su lado y la miré fijamente.
- No te odio...
- Pues lo parece.- Fijó su mirada en mi.- Mira, esa es la osa mayor.- Cambió de tema mirando al cielo y señalando una constelación. Nunca se me había dado bien distinguirlas.- Cuando era pequeña, en verano, mi abuelo nos enseñaba a distinguirlas. ¿Y ves esa?- Dijo señalando la más brillante con el dedo índice.- Pues ahí está el reino de Nunca Jamás capitán Garfio.- Me dijo volviendo a reír mientras se ponía el sombrero que ya ni me acordaba que llevaba. Esta vez yo también comencé a reírme.- ¿Qué tal me queda?- Me miró posando.
- Mal. Me queda mejor a mí.- Se lo quité riendo, a lo que ella me contestó sacando la lengua.
- Eres tonto.- Apoyó su cabeza en mi pecho. Me coloqué los brazos tras la cabeza sin poder evitar sonreír.- Cuando estamos con otras personas me tratas como si no estuviera, y después siempre apareces para sacarme una sonrisa.
- Te trato así por qué es lo mejor, tú estás con Niall y no quiero destrozar lo que tenéis...
- Yo no estoy con Niall.- Dijo tajante incorporándose.- Y ese no es motivo para que te comportes como un capullo conmigo.- Se levantó enfadada. Suspiré y la cogí de la mano.- Déjame.
- Probablemente, de esto no te acordarás mañana, pero sé, que si te tengo cerca no me puedo controlar, y si me tienes cerca te terminarías enamorando de mí.- Solté su mano. En ese momento tenía ganas de marcharme de allí, pero no podía dejarla allí.- Vamos, te llevaré a casa.- Me giré para cogerla de la mano, pero ella estaba allí parada, mientras una lágrima resbalaba por su mejilla y mi miraba fijamente. No pude evitarlo, la abracé. No podía verla así y estar indiferente. Apoyó su cabeza en mi pecho y comenzó a llorar a la vez que reía. Me separé unos centímetros y la miré a los ojos, sonriendo, sin entender nada.
- Estoy… Estoy harta de todo.- Comenzó a reír secándose las lágrimas con el brazo.- Harta de estar preocupada por lo que la gente piense. Harta de tener miedo a todo. De tener miedo a enamorarme.- Dijo elevando el tono de voz y subiéndose de nuevo en el banco mientras reía.- Lo quiera o no terminaré enamorándome.- Me miró extasiada con los ojos abiertos antes de volver a estallar en una carcajada.- Pues… ¡Que viva el amor!- Gritó.- ¡Que viva…!
- Leah para.- La miré riendo intentando que se bajara, aunque por suerte no había nadie que pudiera vernos.
- ¡No, para!- Se apartó de mí y comenzó a dar vueltas sobre sí misma encima del banco. La cogí de la cintura y la subí sobre mi hombro mientras chillaba para que la soltara.
- ¡Zayn, bájame!
- ¿Si lo hago me dejarás llevarte a casa?- Asintió y la bajé con cuidado para que pudiera mantener el equilibrio. Se giró y se me quedó mirando fijamente.
- Déjame besarte.- Pidió. Eso me pilló de improvisto. La miré a los ojos, y parecía segura de lo que acababa de decirme.
- ¿Por qué quieres besarme?
- Porque lo necesito.- Dijo algo nerviosa.
- ¿Y por qué?- Volví a preguntar.
- No lo sé, maldita sea.- Soltó exasperada acercándose más a mi.- Solo sé que te necesito. Ahora mismo te necesito desesperadamente.- Levantó su cabeza y me miró a los ojos. Recorrí su bello rostro, hasta posar mi mirada en sus labios. Una suave sonrisa se curvó en ellos.
- ¿Quieres besarme?- Preguntó.
- Ajá.- Asentí.
- Pues… ¿Qué estas esperando?
No dudé un segundo y la rodeé firmemente con mis dos brazos, mientras la acercaba implacablemente hacia mí, callándola con un beso. Sentí como una de sus manos se apoyaba suavemente en mi mejilla, y me besó de esa manera suave que ella siempre utilizaba. Sentí una pequeña presión en mi pecho, y me di cuenta de que era mi corazón acelerado. Posó una de sus manos en mi mejilla y me acarició mientras comenzaba a mover su boca sobre la mía. Un débil sonido salió de mi garganta y al instante mi necesidad de ella me atrapó. Exigiendo más de su boca tomé su rostro con ambas manos y la acerqué más a mí. Su pequeña mano subió hasta mi nuca, mientras nuestras bocas se acariciaban tiernamente. Soltando sus labios apenas, apoyé mi frente contra la suya, y respiré profundamente. Abrí mis ojos y sus ojos estaban cerrados. Nuestras respiraciones se mezclaban agitadas en ese pequeño espacio que nos separaba.


Tacháááán!! ¿Os lo esperabais? ¿Sí? ¿No? ¡¡Comentaaar!!
Va, ya me calmo. En serio ¿Os ha gustado? Este capítulo y el que escribí ayer me costaron mucho hacerlos, y no terminan de convencerme, así que os agradecería mucho que me dierais vuestra opinión, y si hay algo, por muy pequeño que sea, que no os guste, me gustaría que me lo dijerais.
Y por si alguna de vosotras leía mi otra novela, he decidido que voy a hacer unos pequeños cambios, y intentaré subir nuevo capítulo mañana, así que intentaré subirlo a la vez que el de la fic.
:Y como se que s aburro, no me enrollo más. Votar, comentar, y Blablabla… Mañana a las 17:00 el último capítulo de la maratón, y a lo mejor va con sorpresita.
Kisses <3

miércoles, 27 de febrero de 2013

13. Calm After The Storm. (Maratón)

13. Calm After The Storm.

Me quedé allí plantado, sin saber qué hacer. De veras que no entendía nada de lo que había pasado.
- ¿Qué haces aquí?- Preguntó Stan rodeándome por el hombro. Suspiré y le miré cogiéndole el vaso que llevaba en la mano y bebiéndomelo de un trago. Tenía la cabeza hecha un lío, con miles de pensamientos chocándose entre sí, producto del alcohol que acababa de ingerir y de la fuerte música que resonaba en mi cabeza.
- El gilipollas.- Dije molesto apartando su brazo.
- ¿No has visto a Leah?
- Ese es el problema. Leah siempre es el problema.- Le miré.
- A ver… Cuéntame lo que ha pasado.- Dijo mi amigo sacando su faceta de psicólogo.
- No lo sé. Estábamos juntos, la he besado otra vez, y de pronto se ha ido, sin dar explicaciones.- ¿Porque narices la había vuelto a besar? No era mi culpa, no lo podía evitar, cuando la tenía cerca, besarla se convertía en una especie de necesidad.
- ¿A dónde ha ido?- Me encogí de hombros. Me volvió a rodear por el cuello y me miró.- ¿Qué te parece si la buscamos? Mi novia también ha desaparecido.- Me miró riendo. Siempre podía tomarse todo con humor, eso era lo que más me gustaba de él, y el motivo por el que era uno de mis mejores amigos.
Nos separamos. Stan se fue a buscar por la pista de baile y yo miré por los alrededores. Nada. Solo me quedaba el cuarto de baño, y aunque no era muy buena idea colarse en el baño femenino, sentía que no tenía más remedio.
Caminé por un estrecho pasillo, el volumen de la música iba bajando, y la cantidad de gente disminuía conforme me alejaba de la pista de baile. Escuché un portazo proveniente del fondo y el resonar de unos tacones sobre el frío suelo de linóleo, bastante desfasado en comparación con el resto de la discoteca.
- Leah, espera.- Escuché que decía una voz lejana, aunque la oía tan lejana, que sentía que me la estaba imaginando. Si no hubiera sido por que a los pocos segundos Leah apareció con su vestido dorado seguida de… Liz. Pensé recordando el nombre de su amiga. Era bastante guapa, aunque no era mi prototipo de chica, no me solían atraer las chicas tan extremadamente perfectas.
- ¿Leah, podemos hablar?- La paré cogiéndola del brazo. Ni siquiera se dignó a mirarme y se zafó de mi agarre sin mucha dificultad para seguir su camino. Miré a Liz en busca de alguna respuesta. Necesitaba saber que le pasaba o acabaría volviéndome loco.
- Niall, ahora no es el mejor momento, eso es todo.- Me sonrió antes de volver a caminar para seguir a su amiga. Suspiré y apoyé mi espalda sobre una pared, recayendo sobre esta y sentándome en el suelo con la cabeza entre mis piernas.


- ¿Qué ha pasado? ¿Estás bien?- Preguntó Josh apareciendo de golpe junto a Andy, que le rodeaba por el hombro, y he de reconocer que más ebrio de lo que debería. Le miré y me sequé una lágrima con el dorso de la mano. Una lágrima de rabia por haber confiado en él, y a la vez, de impotencia por no poder hacer nada por sentirme mejor.
- Nada con importancia… Tranquilo.- Dije tocándole el pelo como a un niño bueno mientras fingía una sonrisa, él me devolvió un beso en la mejilla y se marchó de nuevo con Andy mientras se acercaban a un grupo de chicas que seguramente ni conocían. Les dejé marchar, tenían cosas que contarse y parecía que mi presencia no tenía nada que ver allí.
Me acerqué de nuevo a la barra y me senté en un taburete, aunque esta vez sin la intención de beber. Suspiré y dejé apoyé la cabeza entre mis dos manos, cerrando los ojos por un instante, e intentando despejarme.
- ¿Me dejas que te invite?- Preguntó un chico castaño con acento Irlandés sentándose en el taburete de mi derecha y apoyándose sobre la barra.
- Depende de tus intenciones.- Le dije mirándole, a lo que él sonrió.
- Solo la de invitarte a una copa. Soy…
- No me interesa.- Le interrumpí. En ese momento no me apetecía hablar con nadie.- No hace falta que me digas tu nombre.- Rectifiqué intentando no ser borde y mirándole de nuevo. Me examinó con la mirada, y me sonrió de nuevo.
- ¿Qué quieres beber?
- Algo fuerte.- Aseguré, quedaban apenas quince minutos para la medianoche y aun quería pasármelo bien. Le hizo un gesto al camarero, y en pocos minutos nos sirvió un vaso a cada uno de un espeso líquido marrón, con un fuerte olor a alcohol.
- Oye, no quiero ser indiscreto pero... ese de ahí... ¿es tu novio?- Dijo señalando a una esquina en la que se encontraba Niall observándonos junto a Liam, que llevaba sombrero un de paja, parecía un campesino, pero le quedaba realmente sexy.
- ¿El rubio o el castaño?
- Niall.
- ¿Le conoces?- Dije sorprendida, aunque, ¿Quién no les conocía?
- Es amigo mío.- Noté como me miraba, pero yo ahora estaba inmersa observando como el hielo se derretía poco a poco dentro de mi vaso.
- Y si sabes la respuesta ¿Por qué preguntas?- Dije molesta.
- Eres lista.- Me sonrió.
- Observadora, si fuera lista no estaría hablando contigo ahora mismo.
- ¿Y eso por qué?
- Digamos que algo me dice que Niall te ha dicho que vengas a hablar conmigo. Lo que pasa es que yo no quiero hablar.- El chico estalló en una carcajada.
- Eres más cabezota de lo que me había dicho. Y no, él no me ha dicho que venga a hablar contigo. Solo he venido a invitarte a una bebida, porque creo que la necesitas.
- Entonces, ¿Brindamos?- Le pregunté alzando mi vaso y cambiándole de tema.
- ¿Por qué quieres brindar?
- Hm… Supongo que por…
- ¿El año nuevo?
- No, eso es muy típico, que te parece si brindamos por… ¿Por los amigos metomentodo?
- Me parece bien.- Se rió de nuevo chocando su vaso contra el mío de una vez por todas. Llevé el vaso a mi boca y tomé de golpe. Lo apoyé con un poco de fuerza sobre la barra, ya que el ron me había quemado hasta el cerebro. Él sonrió y se bebió el suyo.- Esto está asqueroso.- Me quejé sacando la lengua y mostrando mi desagrado.
- ¿Demasiado fuerte para ti?- Preguntó enarcando una ceja a modo de desafío. Mientras volvía a llenar el suyo. Negué con la cabeza y le tendí mi vaso.- Chica valiente. Bueno, y si Niall no es tu novio.  ¿Estás disponible?- Le miré sorprendida, y volví a beber de mi vaso. Contra más bebías mejor sabía.
- Estás de suerte ¿sabes? justo esta mañana he decidido que no pienso tener ninguna relación amorosa.
- ¿Se puede saber por qué?- Negué con la cabeza.- Pues en ese caso, lo siento…
- Si, seguro que lo sientes.- Dije mirándole.
Mi exclamación irónica lo dejo sorprendido, no me gustaba que sintieran pena por mí, prefería mostrarme fría e indiferente, que en realidad era lo que más deseaba en el mundo, que esas emociones no me afectaran, pero era humana.
- No sé lo que ha podido pasar, pero yo intentaría aclarar las cosas con él, lo creas o no, es un buen chico, y le gustas.- Dijo antes de terminarse su bebida de un trago.- Por cierto, soy Stan. Encantado de conocerte Leah.- Me susurró al oído antes de marcharse.
Miré a donde antes estaba Niall, pero no le encontré. Me levanté exasperada y me saqué el dichoso gorro de la cabeza. Cogí mi bolso después de terminarme mi bebida. Busqué mi móvil, tenía dos llamadas perdidas de Liz, pero en ese momento no tenía ganas de hablar con ella. Ni con ella ni con nadie.  Le mandé un mensaje para que no se preocupara y me dispuse a salir de la sala, esquivando a la multitud que se iba conglomerando en el centro de la pista de baile conforme las manecillas del reloj se iban acercando a la media noche.
Los tacones que traía puestos de la fiesta me habían dejado los pies molidos, medité por unos segundos si quitármelos, pero seguro que no aguantaría ni dos minutos con los pies desnudos sobre  las gélidas calles de la ciudad, que como de costumbre estaban húmedas a causa de la lluvia. No era muy tarde, pero las calles estaban desiertas, todo el mudo esperaba ansioso el nuevo año. Quedaban diez minutos para que la última campanada del año resonara en lo alto de la torre del Big Ben, y me quedaban diez minutos para ser mayor de edad, esa edad ten esperada, pero que ahora mismo, me era indiferente. Pasear en la oscura noche, con el aire frío e invernal característico de Inglaterra me hacía ver las cosas con un toque de positividad. Abrí mi bolso en busca de un cigarrillo, siempre llevaba uno para emergencias, probablemente era la única persona en la tierra a la que fumar no le suponía ningún vicio. Simplemente me relajaba. Podía estarme meses sin fumar, un día de depresión relajarme con un cigarrillo y después volver a dejarlo sin dificultad. Dejé que la nicotina hiciera su efecto, y me dejé caer sobre uno de los columpios de un parque que se encontraba a pocos metros de mí.
                                                                                                           

- Mira Daniela, al final sí que te va a quitar a tu novio.- Escuché la voz burlona de Ari tras de mí. Me giré y vi como señalaba con la vista hacia la barra, donde mi amigo Stan seguía hablando con Leah, aún no entendía lo que le había pasado, y quería hablar con ella, pero temía que volviera a marcharse sin darme explicaciones. Al percatarse de mí mirada Ari, me apartó la vista y se sentó en uno de los sofás junto a unos chicos que no conocía, aquella fiesta estaba comenzándose a llenar de gente. Pude ver que tenía los ojos rojos, y parte del maquillaje corrido, pero en ese momento no me preocupé ni lo más mínimo. A continuación miré a Daniela que contemplaba al igual que yo hacia la barra, donde se encontraba su novio.
- Daniela, no le hagas caso, a veces Ari puede ser un tanto…- Le dije, pero antes de que pudiera terminar, giró la cabeza y se alejó de mí.
Tenía la sensación que todo a mí alrededor pasaba a cámara lenta, y que no podía hacer nada para cambiar las cosas. Me sentía atrapado, como en una de esas horribles pesadillas en las que por más que lo intentes, no eres capaz de salir corriendo.
- ¿Qué haces aquí como un incomprendido?- Apareció Liam de golpe con un sombrero de paja y con el pelo desaliñado. Me encogí de hombros.
- Soy un incomprendido.- Le sonreí y busqué alguna excusa para poder evitar cualquier tema de conversación que me preocupara.- Vamos a buscar a Andy y a Josh. La última vez que les he visto estaban con unas modelos rusas.- Le sonreí, y le cogí del brazo arrastrándolo entre la multitud.
Miré hacia la barra por última  vez. Stan ya no estaba, y pude ver como Leah se levantó de su taburete dispuesta a marcharse. Pude distinguir como salía a la calle, y no dudé en seguirla, dejando a Liam solo. Corrí detrás de ella como un loco. Se movía rapidísimo por la estancia. Caminé por las calles con la esperanza de encontrarla, pero sin resultados, hasta que vislumbré a alguien sentado en el columpio de un parque. Era una chica, por su estatura y su corpulencia. Bastante joven y estaba sola. No me pude negar a acercarme y preocuparme por ella. Conforme me fui acercando pude distinguirla con más claridad. Alzó la vista y me encontré con esos ojos que tanto me gustaban.
- Ey.- Dije sentándome en el columpio de al lado ahogado por la carrera. No obtuve respuesta, se limitó a suspirar mientras le daba una calada a su cigarrillo.- ¿Me dejas?- Pregunté, nunca fumaba, pero en ese instante lo necesitaba. Me tendió el cigarrillo sin ni siquiera mirarme. Aspiré fuertemente y solté el humo con rapidez, que me quemó dentro del pecho. Fue suficiente para coger fuerzas, pero se levantó y se dispuso a marcharse, ni siquiera dándome tiempo para pensar lo que debía decirle. Me levanté y le cogí del brazo para evitar que se marchara.-Eh, mírame, por favor, Leah necesito que me mires.
Leah intentaba zafarse de mi presión y yo cedí con miedo a que volviera a marcharse. Pero se giró y me miro a los ojos, con voz temblorosa y mirada perdida y triste.
- ¿Qué quieres? ¿No te das cuenta de que no me importa lo que tengas que decirme?
- Lo sé, pero solo quiero saber por qué.
- Porque me confundes.- Dijo derrumbándose, y pude ver como una lágrima se le escapaba, pese a sus intentos de esconderla. Se la secó con el dorso de la mano y me miró con furia.- Primero quieres que seamos amigos, y al día siguiente me besas. Durante las navidades me ignoras por completo y te vas con otras chicas, y después te presentas en mi casa como si nada. Me da igual con quien estés, pero solo te pido que no juegues conmigo.- Dijo volviendo a caminar. Al oír esas palabras todo cobró sentido en mi cabeza, pero no era cierto.
- Leah espera.- Le seguí.- Eso no es así, te lo prometo. Leah, eres una de las personas más importantes para mí. A veces se te va la pinza sí, pero eso es lo que me gusta de ti, que eres distinta al resto, y aunque a veces me vuelvas loco, te quiero como no he querido nunca a nadie. Aunque ni siquiera sé lo que eso implica- Ella negó con la cabeza, intentando aclarar sus ideas, que al igual que las mías ahora se habían convertido en una maraña de pensamientos desordenados.
- No, no me quieres.- Sollozó.- No quiero que me quieras.
- ¿Por qué no?- Me acerqué a ella y le sujeté de una de sus manos apretándola con suavidad.
- Porque no quiero quererte, porque no quiero sentir amor, porque no sé qué es.
- ¿Por qué?- Le pregunté de nuevo.
- Porque no sirvo para sentir amor.- Aseguró.- Porque cuando se siente amor y lo pierdes… se siente un dolor terrible, y sé que terminarías haciéndome daño. Y sería una idiota si quisiera que eso pasara.
- ¿Y si no te lo hiciera?- Alzó la vista y me miró fijamente a los ojos.- Leah.- Tomé so rostro con mis manos e hice que me mirara fijamente.
- ¿Qué?- Dijo frustrada en un hilo de voz. Solté su rostro y miré al suelo, no sabía que decirle para hacerla cambiar de opinión. No podía. Se había sincerado conmigo y no quería hacerle daño. Y aunque en ese momento unas ganas enormes de besarla de nuevo surgieron en mi interior, no lo hice En ese momento las campanadas que indicaban la media noche comenzaron a resonar, acompañadas por gritos, risas, y el sonido de gente celebrando que el próximo año sería mejor que el anteriror Me miró a los ojos y suspiró exasperada. - Niall, por favor, déjame, quiero estar sola.- Me dijo antes de darle una calada a su cigarrillo y marcharse.

¿Y lo mono que es Josh? ¿Os he dicho alguna vez que estoy enamorada de él? Jo, yo quiero un hermano así. ¿Y habías visto alguna vez un romance entre Mario Bros y un Leprechaun? ¿A qué no? Si, es que eso solo lo podéis ver aquí. Bueno, dejo de ser tan tonta de una vez. ¿Qué os ha parecido? Me ha dado un poco de pena escribir este capítulo, la verdad. Me da pena portarme así de mal con Niall Jajajajaja Y pobre Leah, que no sabe lo que siente, aunque sus sentimientos se harán definitivamente un lío en los siguientes capítulos. Ya lo veréis... MUAHAHAHA
Bueno, ya sabéis, votar y a las 17:00 de mañana, nuevo capítulo :D
Love You All <3


martes, 26 de febrero de 2013

12. Don't Stop Me Now. (Maratón)

11. Party Time.

- At first I was afraid I was petrified. Kept thinking I could never live without you by my side...
- But then I spent so many nights. Thinking how you did me wrong.
- ¡And I grew strong! - Cantábamos Liz y yo a pleno pulmón “I will survive”, mientras bailábamos en ropa interior por toda la habitación, y nos peinábamos y maquillábamos para salir de fiesta. Era increíble cómo había cambiado mi estado de ánimo desde esa mañana, aunque quizá los dos chupitos de tequila que nos acabábamos de tomar influyeron en algo.
Cuando por fin terminé de ondularme el pelo, el teléfono de la planta baja comenzó asonar. Bajé corriendo por las mortales escaleras, de las que una de cada dos veces me terminaba cayendo, y lo descolgué justo cuando la llamada se cortó.Suspiré y me di la vuelta chocándome con alguien, y haciendo que un grito ahogado saliera de mi garganta.
-¡Zayn! ¿Qué haces aquí?- Dije sorprendida. Se me quedó mirando de arriba abajo,hasta ese momento no me había dado cuenta de cómo iba vestida, o más bien, de cómo no iba vestida.
- Lo…Lo siento.- Se giró tapándose los ojos mientras sonreía ruborizándose.- Acabo de llegar, Josh está en su cuarto cambiándose.- Como si lo hubiéramos llamado,mi hermano salió de su cuarto y se quedó mirándonos mientras comenzó a reír.Toda la sangre de mi cuerpo se acumuló en mis mejillas, noté como mi cara se tornaba más roja por segundos. Josh me lanzó una camiseta que llevaba en las manos y subí de nuevo a mi cuarto antes de que la situación se volviera más vergonzosa.
Cerré la puerta de golpe y me dejé recaer tras de esta mientras estallaba en una sonora carcajada. Liz que ya estaba lista para marcharse me lanzó mi vestido y me metió prisa para que me cambiara.
- Leah,acaba de llegar Emma.- Dijo Josh picando con los nudillos en la puerta de mi cuarto.- Y te recomiendo que te pongas algo más de ropa para salir de fiesta.-Rió. Abrí la puerta de golpe y me lo encontré de frente.
- Que gracioso.- Dije irónicamente.- No es mi culpa que tus amigos estén rondando siempre por aquí.
-Cuando es Niall el que ronda por aquí no parece que te importe.- Suspiré exasperada y le aparté empujándole para poder salir de allí. Él comenzó a reíry me siguió.- Esta noche hay una fiesta en Buda’s por si queréis pasaros. ¡Y traer sombrero!
- Me muero de ganas.- Susurré sarcástica para mí misma.
- Allí estaremos.- Dijo Liz ilusionada despidiéndose de mi hermano.
Bajé deprisa las escaleras, evitando encontrarme a Zayn de nuevo, para evitar otra situación incómoda y para que Liz no le viera, ya que si lo hacía, no saldríamos de allí nunca.
Un coche con los cristales tintados nos esperaba en el portal. Emma estaba esperándonos a su lado, vestida completamente despampanante, con un vestido rojo de terciopelo palabra de honor que realzaba cada centímetro de su cuerpo.Hacían ya dos meses que no la veíamos, ya que se había ido a estudiar a un internado de Cambridge. Liz y yo nos abalanzamos sobre ella y con un brazo nos rodeó a cada una. No dejaba de darnos besos, como una abuela a sus nietas.
- ¡Chicas es para hoy!- Se quejó David pitando y asomándose por la ventanilla del coche. Emma se separó de nosotras nos hecho un par de miradas y nos sonrió. David pitó de nuevo y decidí abrir la puerta. En el asiento de copiloto estaba Duncan.
Entramos las tres y nos sentamos en los asientos traseros. Aquella noche sería muy larga.
-Bueno, y la cuestión ahora es ¿A dónde vamos?- Preguntó David encendiendo el motor del coche.
- Podemos ir a algún local de por aquí cerca a tomar algo… Aún es pronto.- Propuso Emma.
- Yo no quiero ir solo a tomar algo, quiero pasarlo como nunca.- Dijo Liz sin saber a dónde podíamos ir.- Es año nuevo y quiero salir de fiesta y emborracharme.
-Eh, eh. ¡Ya lo tengo! Si es que tengo buenísimas ideas…
- ¿Cuál?- Dijeron las dos al unísono entusiasmadas mirándome.
- ¿Os apetece cantar? Hay un karaoke cerca del centro comercial. ¿Qué os parece? – A mí me encantaba la idea.
-Sí, genial, es fantástico.- Emma estaba de acuerdo conmigo.
- No sé… Pensé que… - Dijo Liz en tono bajo.
- ¿A qué te refieres? – Pregunté sin entender nada. ¿Quién mejor que nosotras para pasar una noche juntos haciendo el tonto y cantando?
- Quería ir a la fiesta a la que nos ha invitado Josh.- Suspiré, sabría que querría ir.
- ¿Una fiesta?
- Yo no tengo ganas de ir.- Miré a Liz.- Y menos después de haber visto el artículo, seguro que eso estará lleno de prensa.
- Olvídate de la prensa, Leah. Eres una chica normal con ganas de divertirte, y tus amigos también así que vamos a ir al karaoke y después a la fiesta.- dijo Liz convencida. Mientras los otros seguían aun sin entender nada.
Llegamos. Estaba en una esquina de la calle. “Star’s karaoke”. Sí, karaoke de estrellas. Sobre todo nosotros. Al menos yo, cantaba fatal.
-Ya verás que ridículo hago… Yo solo canto en la ducha.- Me dijo Duncan riendo mientras bajábamos del coche.
-Anda calla, entremos.
Noche de risas. Quedaba menos de un cuarto de hora para las once, y Liz decidió arrastrarnos hasta la esperada fiesta, a la que los demás se morían de ganas por ir. Nos volvimos a montar en el coche y David encendió la radio al máximo volumen, mientras cantábamos animados al son de la última canción de David Guetta. De pronto pasé de tener una sonrisa a emitir un fuerte "MIEEEEEEEEEEEEEERDA".
- ¿Qué?- preguntaron los cuatro asustados.
- ¡Los gorros, chicos, los gorros!- Me llevé las manos a la cabeza. Lo único que Josh me había dicho era que debíamos llevar gorros, a Louis le pareció divertida la idea.
Liz y Emma empezaron a lamentarse pero los chicos seguían tranquilos.
-Chicas. ¿Qué más da llevar gorro?
-Pero... Si no llevamos gorro no podremos pasar. - dijo Liz mordiéndose las uñas.
Para sacarnos de dudas, llamé a Josh, y todo solucionado. Es más, se alegró de aquello y se puso a reír. Planeaba algo y aquello me daba miedo, ¿Qué clase de gorros nos dejaría?
Llegamos a la fiesta. Habíamos entrado por una puerta trasera de la discoteca, pero para hacerlo habíamos recorrido la parte delantera de ésta. Allí se veían a más de cien personas, aquello era un caos. Más de mil cabezas con gorritos de todo tipo gritaban haciendo una cola que cubría toda la calle. Quedaba media hora para la entrada del año nuevo, y la gente estaba completamente excitada e impaciente.
Amigos y desconocidos, con todo tipo de gorros puestos, ya yacían en la sala completamente abarrotada de gente. Todo estaba preparado, globos dorados con frases como “Feliz 2012” o “Feliz año nuevo” se encontraban por toda la sala,junto a montones de serpentinas que bañaban el suelo de colores, y gente ya borracha sin haber comenzado apenas la fiesta.
Cuándo ya todos se habían acomodado en algún sofá, o bailaban en la pista yo me había quedado en la barra, sola. Alguien me tocó con ímpetu el hombro,automáticamente me tapó los ojos.
- ¿Josh?- Olía su perfume perfectamente.
- ¿Cómo has sabido que era yo?- Me preguntó sorprendido.
- Tu colonia…-dije con una sonrisa girándome. Llevaba puesto un sombrero de indio lleno de plumas, estaba realmente tierno con él, parecía un niño pequeño.
- Te he traído una cosa.- Dijo sacándose un gorro de Mario Bros que llevaba escondido tras la espalda. Comencé a reírme negando con la cabeza.
- No pienso ponerme eso.- Solté justo cuando Louis se nos acercó con un gorro de marinero.
- Eh, esos ánimos, dejaros de estar hablando, a bailar, es una fiesta, por si no lo sabéis.- Soltó guiñándome un ojo y tomándose un chupito que había en la barra de un trago.- Vamos, ven. Bailemos, Mario Bros.- Me dijo convencido mientras me regalaba una sonrisa.
Me cogió de las manos y me llevó al centro de la pista. Empezamos a bailar un tema de Rihanna con mucho ritmo y empezamos a reír mientras nuestras piernas se movían al ritmo de la música y nuestros cuerpos se dejaban llevar por la melodía. Cada dos por tres, soltaba carcajadas. Louis era un payaso sin remedio, me hacía reír como nadie.Empezó a bailar de una manera idiota y yo le seguía el royo, parecía que estábamos borrachos, aunque no habíamos bebido lo suficiente como para estarlo.La tontería se pegaba y al poco rato se nos unieron Emma y Duncan, que permanecía un poco más serio que los demás.
En aquel momento vi a Niall aparecer por la puerta con un sombrero de Leprechaun, junto a varios amigos y un par de chicas. A una de ellas la reconocí de inmediato, era unos centímetros más baja que yo, rubia,con unos preciosos ojos claros y una gran sonrisa. Si, la antigua amiga con la que Niall había pasado las vacaciones de navidad.
De pronto Niall fijó su mirada en mí, tenía el pelo alborotado y la camisa descolocada, y se acercó sin importarle el resto. La chica le siguió con la mirada hasta posar su mirada en mí, con una expresión de celos y rabia.
- ¿Me prestas a Leah un rato?- Le preguntó a Louis sonriente.
- Mario Bros, te reclaman- Contestó este mirándome con una sonrisa que nunca le abandonaba y buscando mi aprobación.
Niall se acercó a mí y besó mi mejilla mientras él me llevaba de la cintura, la multitud nos observaba. Y entre esas miradas, vi la de aquella chica, que se encontraba ahora sentada en un sofá junto a una amiga que llevaba un vestido verde y uno de los chicos que venía con Niall.
- ¿Qué quieres?- Le dije parándome en seco cuando ya estábamos en un lugar lo suficientemente alejado como para poder hablar con normalidad.
- ¿Te pasa algo?- Se separó extrañado, me quedé mirándole fijamente a los ojos, en busca de mis siguientes palabras.
- ¡¿Lo estáis pasando bien?!- Dijo el DJ de pronto bajando el volumen de la música.- Quedan menos de media hora para la media noche. ¡¿Qué os parece si ponemos la última canción lenta del año?!- Chilló por última vez antes devolver a cambiar de tema.
- ¿Bailamos?- Preguntó con una sonrisa cogiéndome de la mano y llevándome al centro de la pista de nuevo. Me cogió de la cintura, y colocó mis brazos alrededor de su cuello, mientras me sonreía. Apoyé mi cabeza en su pecho. Estaba nerviosa. Tenía la sensación deque si seguía así con él terminaría haciéndome daño. Noté sus dedos acariciándome, abrí los ojos cuándo noté la yema de sus dedos en mi cara.Estábamos muy cerca, demasiado. Volví a mirarle, esta vez él también lo hacía.Su nariz rozó la mía y me acarició la cara, poniendo los dedos bajo mi barbilla, acercándome a él. Cerré los ojos y noté sus labios contra los míos,pero fue solo por unos segundos, unos segundos antes de que me separara de él y me perdiera entre la multitud.
Busqué a Liz con la mirada y me la llevé a la barra, en esos momentos la necesitaba. Pedimos dos Gin-tónics, aquellos que nos recordaban a nuestras noches de adolescencia por la costa de Ibiza en la casa de su familia, cuando intentábamos aparentar más edad de la que teníamos realmente, y nos hacíamos las mayores para que algún chico nos invitara en los chiringuitos de la playa… Qué tiempos… Ahora apenas me quedaban unos minutos para cumplir los dieciocho…
Bebí un largo trago del mío y puse cara de asco al tragármelo, aquello estaba demasiado cargado, pero de alguna forma, me reconfortaba beberlo.
-Necesito ir al baño.- Dije cogiendo a Liz de la mano y arrastrándola de nuevo entre la multitud, al ver que Niall estaba mirándome.
Noté como los oídos se me destaponaban al alejarnos del barullo. Entré al cuarto de baño y me paré en seco frente al espejo.
A los pocos segundos entró una chica que se sobresaltó al vernos. Llevaba un vestido verde perfectamente amoldado a su figura, que dejaba toda su espalda al descubierto. La chica se acercó a una de las puertas y picó con los nudillos apoyándose en esta.
- ¿Ari,estás bien?- Preguntó, obteniendo como única respuesta unos sollozos y un leve “No te preocupes”. Liz y yo nos miramos, aunque no le dimos más importancia.
- ¿Mevas a decir lo que ha pasado o vas a seguir bebiendo como si nada?- Me miró posando su vaso al lado del grifo y cruzando los brazos sobre su pecho. Suspiré y di un largo trago, esta vez a su bebida, ya que la mía se había terminado hacía rato. liz puso los ojos en blanco y se miró de nuevo en el espejo mientras se acomodaba el pelo y se aplicaba una fina capa de gloss. 
En ese momento la puerta del baño se abrió, y pude ver como la chica del vestido verde se agachaba a socorrer a su amiga, envuelta en lágrimas y con el maquillaje corrido. Me quedé mirándola fijamente hasta que reconocí aquella melena rubia y sus ojos azules envueltos en lágrimas.
- Vámonos.- Le susurré a Liz tendiéndole su vaso de nuevo. En ese momento la chica del suelo posó su mirada en mí por vez primera, percatándose de mí presencia. Se apartó de su amiga y se plantó frente al espejo, al igual que yo. Se secó con las manos todos los restos de maquillaje esparcidos por su cara y se giró para observarme de arriba abajo mientras sorbía los mocos por la nariz.
- ¿Porqué no te largas y le dejas en paz?- Soltó de golpe con la voz quebrada, acercándose amenazante. Me la quedé mirando perpleja, al igual que Liz, que aún no había caído en quien era aquella chica.- ¡Tú tienes la culpa de todo!
-Vámonos Liz.- Dije ahora más fuerte cogiendo el brazo de mi amiga, que seguía allí plantada sin entender nada. Esa noche no tenía ganas de pelearme con nadie, y mucho menos por ese tema.
- Pero ahora ya te has cansado de él y lo has dejado tirado ¿Verdad? ¿Quién será el próximo? ¿Su novio?- Señaló a la chica del vestido verde.
- ¿Qué has dicho?- Contesté girándome realmente molesta. Me acababa de llamar zorra en toda mi cara, y sin ni siquiera conocerme.
- Eres una aprovechada, aléjate de Niall.
- ¿Quién eres tú para decirme eso? ¿Acaso eres su novia?- Me acerqué yo ahora mirándola fijamente a sus ojos azules, que por un instante me recordaron a los de Niall.- Y si lo fueras, no me importa lo más mínimo. ¿Quieres a Niall? ¡Pues todo para ti, te lo regalo, como has dicho,yo no lo quiero!- Añadí alzando el tono de voz y saliendo de allí lo más deprisa que pude, justo antes de que una lágrima se me escapara y rodara por mi mejilla.

O.o No digo más. Si queréis saber que pasa ya sabéis lo que tenéis que hacer, votar antes de mañana a las 17:00. Y espero que os haya gustado y que os hayáis quedado con la intriga de saber qué pasa.
Por cierto, muchas gracias a las que votasteis y comentasteis ayer, y vuelvo a pediros perdón por no haberlo subido a tiempo :S
Kisses <3