domingo, 18 de noviembre de 2012

2. It’s a new day:

2. It's a new day.


Abrí los ojos lentamente. La cabeza me daba mil vueltas, y lo único que recordaba de la noche anterior era haber entrado en el local con los chicos. Me incorporé un poco maldiciendo la bebida y jurando que nunca más volvería a probarla, una promesa que todos sabíamos que no iba a cumplir. Me sujeté la cabeza entre las piernas y miré a mí alrededor. Suspiré aliviado. Al menos estaba en un lugar conocido. Me levanté intentando estabilizarme y entré en  la cocina.
Me quedé parado en la puerta mirando su interior. Una pequeña silueta estaba agachada frente al frigorífico buscando algo de comida. Se giró y se sobresaltó al verme, dejando caer al suelo una botella de leche y vertiéndola por completo. "¡Mierda!" Chilló mientras intentaba saltar el charco para no mancharse. 
Solo llevaba puesta una sudadera, de Josh creo, y llevaba el pelo recogido en un moño despeinado. Tenía cara de no haber dormido mucho, pero aun así no podía apartar la vista de ella, que me resultaba extrañamente familiar, y entonces reaccioné y me acerqué al fregadero para coger una bayeta y ayudarla a recoger.
Me giré para dársela y la encontré detrás mio, a pocos centímetros. Se me quedó mirando de arriba abajo y se ruborizó. No había caído en la cuenta de que solo llevaba puestos unos calzoncillos. Se apartó un poco y le tendí la bayeta.
- ¿Por qué hacéis tanto ruido de buena mañana?- Dijo Josh entrando por la puerta mientras se rascaba la cabeza y bostezaba.
- Buenos días a ti también.- Le dijo la chica acercándose a él y dándole un beso en la mejilla.- Me voy a duchar, limpias tu.- Añadió depositando la bayeta en sus manos y saliendo de la cocina.
- No te pienses que te vas a librar tan fácilmente.- Dijo Josh cuando esta ya se había ido. Me quedé mirándolo atónito y me senté en una de las encimeras.
- ¿Anoche ligaste y no me enteré?- Pregunté haciendo que se atragantara con el vaso de zumo que estaba bebiendo.
- ¿Qué clase de degenerado eres?- Dio mirándome.- Es mi hermana idiota.
- ¿Tu hermana?- Dije sorprendido, con razón me era tan familiar. Si los ponías uno al lado del otro ella era la versión mejorada de Josh.- ¿Desde cuando?
- Desde hace diecisiete años.- Contestó irónico.
- ¿Y cuando pensabas presentármela? ¿En tu funeral?
- Niall,- Dijo depositando la bayeta encima de la mesa.- para el carro. Si no te he dicho nada de ella es porque está prohibido hablarle, mirarle, y no hace falta añadir tener nada con ella. ¿Está claro?
- Pero... Bueno, pero te aviso que los irlandeses somos irresistibles.
- Si, lo que tu digas, pero a partir de ahora está prohibido pasearse por mi casa con esas pintas.- Dijo señalándome con una cucharilla. En ese momento apareció su hermana por la puerta, cubierta únicamente por una toalla enrollada en el cuerpo. Vale, lo admito, no pude evitar mirarla más de lo necesario, pero soy un chico al fin y al cabo.-Y lo mismo va por ti Leah.- Añadió señalándola y mirándome después a mi, que aparté la mirada de ella en el acto.
- Es que no se donde mierda guardaste mi maleta anoche, no es mi culpa.- Contestó sentándose en un taburete.
- Ha llamado mamá, dice que vendrá mañana, y me he tenido que tragar un sermón por tu culpa. Aún sigo esperando esa explicación.- Dijo mirándola.
- Joshua Devine, eres un pesado.- Suspiró exasperada.- Tengo hambre, voy a ir a comprar el desayuno. ¿Queréis algo?- Dijo cambiando de tema completamente. No pude evitar reírme cuando se fue a cambiar. Josh me miró asesinamente.
- ¿Y tu de que te ríes?- Dijo seco.
- Parecéis un matrimonio.- Dije intentando controlarme.- Por cierto Joshua, tu hermana cada vez me cae mejor.- Dije saliendo por la puerta riendo.
Estuvimos todo el día metidos en el apartamento, en la calle estaba diluviando, se notaba que dentro de poco sería otoño, y estuvimos hablando en la cocina mientras mirábamos chorradas en el ordenador. Después aburridos, nos sentamos en el salón a ver una película. Josh estaba en medio, pasando los canales sin detenerse en ninguno.
- Por dios, Josh, me estás poniendo nerviosa.- Dijo Leah quitándole el mando.- Decídete de una vez.- Añadió levantándose y entrando en la cocina. 

Se paró frente al frigorífico rascándose la barbilla. Estaba llena, demasiado para su gusto. De tan llena no le apetecía nada que estuviera al alcance de su vista. Sacó tres refrescos, aún sin ánimo de nada. Esta vez abrió un pequeño armario. Allí siempre solía haber algo interesante que le saciara la gula sin hambre que tenía. Cogió el último paquete de palomitas del microondas que había y lo puso a calentar. Llevó las cosas a la mesa pequeña de delante del televisor de plasma. Le pegó un pequeño sorbo a la suya y se tiró de nuevo en el sofá.

Mordisqueé  una de las bolitas de maíz que no se habían cocido en el microondas. Al terminar la película eché un vistazo a los canales de televisión. Nada que me interesara. Miré a Josh y a Leah que habían caído rendidos. Me levanté del sofá, el culo se me había quedado terriblemente dormido. Hice unas cuantas muecas y fui a buscar mi teléfono móvil que se había quedado en la cocina. Tenía varios mensajes de Paul, nuestro mánager diciendo que nos había surgido una entrevista, y que teníamos que ir a las oficinas sin falta. No tenía muchas ganas de salir, pero no tenía más remedio. Fui al salón de nuevo y avisé a Josh del cambio de planes.

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Me desperté y eran las seis de la tarde. Tenía toda la espalda entumecida por culpa de aquel maldito sofá. Subí a mi habitación y cogí mi móvil. Tenía un mensaje de Josh explicándome porque se habían ido y otro de Liz. No pude evitar reírme al leerlo, me explicaba el numerito que había echo ese fin de semana para escaparse de su casa e ir a una fiesta, y me dijo que si quería quedar con ella al día siguiente, a lo que acepté.
Bajé  y abrí la maleta. Aun no la había subido, y no tenía ganas de hacerlo. Cogí lo primero que vi, y entré en el cuarto de baño. Sé que me había duchado esa mañana, pero tenía ganas de darme un baño relajante, ya que Josh no volvería hasta tarde.
Encendí el grifo para que se fuera llenando la bañera, y fui en busca una toalla entre todos los armarios de la casa, intentando pensar como Josh y buscándola en los sitios menos razonables.
Encendí la música del Ipod colocándolo en unos altavoces, y me metí en la bañera perdiendo totalmente la noción del tiempo.
De pronto picaron al timbre. Salí rápidamente, me envolví en una toalla y salí corriendo del baño, resbalándome con el suelo mojado y cayendo de culo en el parquet.
- ¿Si?- Pregunté por el telefonillo.
- Hola, eh… ¿Leah?
- ¿Si?.
- Eh… soy Niall.- Dijo indeciso.
- Ah, sube, es él ático… aunque ya lo sabes.- Dije soltando una risita histérica y colgando. Salí  corriendo de nuevo hacia el baño para vestirme. Me metí unos shorts como pude, y me puse una camiseta que me había comprado en mi viaje de fin de curso a Dublín, mientras me peinaba el pelo un poco con los dedos, y me lo secaba como podía.
Picaron otra vez al timbre, pero esta vez era el de la puerta. Volví a correr y abrí de golpe.
- Hola, pasa.- Dije cogiendo aire.
Entró el chico rubio, de tez blanca, con unos mofletes rosados, y con los ojos azules, que se me quedó mirando sonriendo.
- He picado en un mal momento ¿No?- Dijo Niall  mirando mi pelo, que aún estaba chorreando.
- Si… bueno, no pasa nada.- Niall se río y cerró la puerta tras de si. Me acerqué a él y le di dos besos, mojándole la camiseta con el pelo.
- Te vengo a recoger. Te iba a llamar, pero no tenia tu número. ¿Has cenado?
- No, me acabo de despertar de la siesta.
- Genial, pues te vienes a cenar conmigo y con los chicos. Luego vendrá Josh, que los de la banda se han tenido que quedar más rato para terminar de grabar. Venga, vamos, y no valen excusas. Además vamos a Nando’s es mi restaurante favorito, no me puedes decir que no.- Soltó todo de golpe, y no pude evitar reírme.
- Bueno, todo sea por Nando’s.- Dije.- Me voy a vestir decentemente y ahora vengo. ¿Me puedes ayudar a subir la maleta? Que mi hermano no ha querido.
Subimos la maleta al piso de arriba y entré en el cuarto de baño dejando a Niall en la habitación. Me puso un vestido color celeste con un cinturón marrón en la cintura. Al salir, Niall estaba sentado en la cama mirándome. Me incomodaba cuando hacían eso.
Me acerqué a un pequeño espejo que había en una de las paredes y me solté el moño que llevaba colocándome bien el pelo.
- ¿Vamos?- Dije sacándolo de sus pensamientos.
En pocos minutos llegamos a Nando’s, éramos los primeros. El restaurante era bastante grande, pero como era pronto apenas había gente cenando. Niall habló con el camarero, que por lo visto ya le conocía, y nos llevó a una especie de sala reservada. Nos sentaron en una mesa rectangular, y muy bonita. Había unas lámparas realmente preciosas en aquella sala.
- ¡Nialleeeeer!- Gritó un chico con el pelo alborotado y con una gran sonrisa viniendo hacia nosotros y abalanzándose sobre él.
- ¡Ay! Leah este es Louis, Louis esta es Leah, la hermana de Josh.- Dijo Niall intentándolo apartar, pero sin obtener resultados.
- ¡Hola!- Contesté entre asustada y divertida. Aquel chico era alto, y tenía unos grandes ojos azules.
- Ah, ahora entiendo porque Josh no nos la quería presentar.- Dijo con tono misterioso dándome dos besos y sentándose enfrente nuestro. No pude evitar ruborizarme.
En ese momento llegaron dos chicos más, Harry y Liam. Harry tenía el pelo rizado, y unos perfectos hoyuelos se marcaban en sus mejillas. Y en cuanto a Liam, no pudo evitar fijarme en sus ojos, eran marrones, y bastante normales, como los míos,  pero tenían algo que los hacían especiales. Les saludé a los dos dándoles dos besos en las mejillas.
- Hola chicos, siento llegar tarde.- Dijo un chico entrando por la puerta.
Me quedé mirándole y el clavó sus ojos en mi.
- Zayn esta es…- Dijo Louis al ver la situación, pero no pudo acabar la frase.
- ¿Leah?

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